Qué duda cabe que enseñarles a los más pequeños de la casa las ventajas y las bondades de la naturaleza es un plus en su educación. Enseñarles a amar y respetar el entorno y técnicas para su conservación incluso desde el juego y con juguetes creados para ello, harán de nuestros hijos ciudadanos más sensibles con el planeta.

Desde el colegio nuestros pequeños empiezan a estudiar el mundo que les rodea y las ciencias naturales es desde sus primeros años en el colegio una asignatura vital hasta bien entrada la secundaria. Los niños y niñas aprenden sobre la formación y origen del planeta, el ciclo de reproducción de las plantas, las diferentes clases existentes de plantas y árboles, la forma de vida de los mismos… un conjunto de información que les ayuda a tomar conciencia desde bien pequeños de dónde viven y cómo se sucede la vida en algo tan vital para la supervivencia del planeta como es la naturaleza.

También en casa podemos ayudar a que nuestros hijos sigan amando y respetando su entorno, también desde el juego y con actividades lúdicas que seguro acaban formando futuros adultos mucho más concienciados con el medio ambiente.  Y más cuando su futuro se presenta con grandes desafíos en lo que a la conservación del planeta se refiere con los estragos del cambio climático cada vez más presentes. Que éstos colaboren desde pequeños en ayudar a un mundo mejor desde el punto de vista natural debe ser una prioridad. ¿Por qué no practicar botánica y actividades naturales junto a nuestros hijos?

Pasear por el campo y realizar actividades en plena naturaleza no solo ayuda a que fortalecer los lazos de unión entre padres e hijos, sino también a que estos sepan dónde viven, la belleza de su entorno y la importancia del mismo. ¿Por qué no aprovechar los fines de semana para estas actividades? También existen juegos lúdicos sobre botánica con los que jugar juntos en casa como los que te presentamos desde nuestra web. Haz que tu hijo te ayude en el mantenimiento de tu jardín o a mantener en buena salud a las plantas de tu terraza o balcón. Desde enseñarles cómo se trasplanta una planta o permitir que el niño juego en el huerto familiar o con los abuelos, les ayudará no solo a respirar un aire más saludable sino también a que ame el campo y la naturaleza desde bien pequeño. En tus manos queda, no lo olvides.